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10.05.2016  » 

Nuestra Industria en los medios

El pasado Domingo 8 de mayo el Diario La Capital se hizo eco de las preocupaciones que atraviesa nuestra Industria. A continuación reproducimos la nota que fue realizada por el periodista de dicho medio, Rodrigo Miró.

Santa Fe es una de las provincias referentes a nivel nacional, con más de 150 micro, pequeñas y medianas empresas, que emplean a cerca de 4 mil personas.

El calzado santafesino está ajustado

Las fábricas, muchas de ellas ubicadas en localidades cercanas a Rosario, demandan políticas de asistencia, entre ellas medidas antidumping.
por Rodrigo Miró

La industria del calzado hoy atraviesa su propio «deja vu». Finalizado el primer trimestre de 2016, enfrenta problemas similares a los que tenía hace casi quince años y reclama, como otros sectores fabriles, el acompañamiento de las políticas públicas para seguir produciendo. Aunque se logró el compromiso del Secretario de Industria de la Nación para atender la actividad, hay mucha preocupación entre los industriales de un rubro que tiene fuerte presencia en Rosario, Acebal, Alvear, Granadero Baigorria, Pavón Arriba o Tortugas.

Santa Fe es una de las provincias referentes a nivel nacional, con más de 150 micro, pequeñas y medianas empresas, que emplean a cerca de 4 mil personas. Aunque hay firmas de larga historia como Grimoldi, Ringo, Funcional o Beb's, la fabricación de calzado experimentó un fuerte crecimiento en la última década, que permitió la aparición de nuevos jugadores. Algunos con marca propia en Rosario o el resto del país. Otras, con nombres genéricos, que pudieron convertirse en proveedores de grandes cadenas de supermercados, como opción de calzado barato. Para tener referencias de lo que significó esta expansión, de 64 millones de pares de calzados vendidos en todo el país en 2001 se pasó a 142 millones en 2015. Y la provincia de Santa Fe aportó una valiosa porción de ese número global.

Ante este mercado interno en crecimiento, se aplicó en el país un esquema de control de importaciones. Además de parir empresas locales nuevas, el proceso colaboró para que firmas globales como Nike o Reebok, abrieran sus plantas en el país. En este contexto, mientras se vendieron cada vez más zapatos y zapatillas, fue decreciendo la participación de la mercadería importada, sobre todo en el período 2008/2013.

En 2015, la cifra aproximada de calzado fabricado en el país fue de 120 millones de pares, tres veces más que los 39 millones de 2001. Es decir, el 85% de los pares vendidos en el país fueron de origen nacional. Y el resto, provino de Brasil, China, Vietnam o Indonesia, fundamentalmente zapatillas. Con los cambios en la macroeconomía a partir de diciembre, el escenario cambió. Cuando cayeron las declaraciones juradas anticipadas de importación (Djai), que regulaban las importaciones, en pocas semanas se autorizaron permisos para importar mucho calzado. "Sólo en diciembre de 2015, que fue más corto por los feriados de las Fiestas, entraron 100 mil pares más que en el mismo período de 2014", reveló Fabrizio Procopio, titular de la Cámara santafesina del sector. Y la tendencia continuó: en los primeros tres meses de este año ingresó un 25% más de calzado importado que en el año pasado, lo que disparó enseguida las alertas.

Por la caída del poder adquisitivo de los clientes, cayó además un 20% el nivel de ventas en el mercado interno. "Y encima subieron los costos de fabricación", indicó Alberto Serra, gerente de la cámara.

Una de las asignaturas pendientes del proceso de sustitución de importaciones que se pretendió impulsar durante la etapa reciente del país: El 35% de los materiales que se necesitan para hacer una zapatilla o un par de zapatos en el país, es importado. "Hay algún sintético de origen nacional, pero el resto lo seguimos trayendo de afuera, incluso en todos estos años", se lamentan los industriales.

Lo que no se hizo antes, se padece hoy: los insumos se mueven a valor dólar y acompañaron a la devaluación del 60%. Suba de tarifas mediante, los costos de producción aumentaron por donde se mire.

"Nosotros tenemos ocupación intensiva de mano de obra, de allí que junto al textil, la línea blanca, los carroceros y otras áreas de la industria, siempre hemos sido considerados como sectores sensibles, cada vez que se habla de abrir importaciones. El punto de partida debería ser la protección, para pensar en el mediano plazo en mejoras de la competitividad", refieren los industriales.

Empleo regional. En Santa Fe, unos cuatro mil puestos de trabajo entre directos e indirectos, se vinculan a la elaboración de calzados Apenas ese nivel de empleo entró en riesgo, el sector puso el grito en el cielo y solicitó audiencia con el gobierno nacional. "Aparece el Estado para poner equilibrio, o salimos de la cancha", razonaron.

En este contexto, elementos de la política pública como las barreras arancelarias u otros mecanismos que promuevan a la producción local, aparecen en la mesa de negociación. "Lo mismo que hace cualquier país en el mundo con decisión de desarrollar a su industria", indican los fabricantes santafesinos.

Los empresarios se reunieron a principios de abril con Martín Etchegoyen, actual secretario de Industria de la Nación junto al ministro de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani. "Etchegoyen nos dijo que desde su área se va a trabajar en la defensa de la industria nacional. Quedó establecido un canal de diálogo para ir analizando el impacto de cada medida que se tome. Se irá evaluando cómo siguen las distintas variables que afectan la producción, como costos internos, servicios, insumos, laborales, monitoreo de ingreso de calzados y puesta en marcha de incentivos a la exportación", resumió Procopio.

Sin embargo, consideran además que la voluntad política debe plasmarse en medidas con efectos concretos, entre otras las medidas antidumping que la Argentina tiene ante China desde 2010.

Fuente: Diario La Capital

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